“No dejes que te traten como un lisiado”. Es la frase con la que comienza la magnífica película Ray, biografía del músico negro y ciego Ray Charles, en la que se puede ver la discriminación que sufren las personas ciegas, así como la valentía de éstas para seguir adelante.
Como sabemos, se enfrentan a muchos problemas a lo largo de su existencia, pero siempre encuentran la manera de superarlos. Para que eso sea así, han de ser educados y en la película lo vemos. La madre enseña a su hijo a hacer frente a los inconvenientes que pueda tener por su ceguera, por muy difícil que eso sea. Destacaría el momento de la película en el que la madre de Ray Charles decide no ayudare al caerse. Es un momento muy significativo y doloroso, pero sobre todo un momento en el que vemos como debe educarse, por duro que resulte. Es un modo ejemplar de educación.
Generalmente tendemos a dárselo todo hecho, de manera que sin darnos cuenta les obstaculizamos más, les volvemos “inútiles”. Creemos que de esa manera les ayudamos, ya que les damos lo que necesitan. Sin embargo, no somos conscientes de que llegará un momento en el que no estaremos con ellos, un momento en el que se encontrarán solos y solos tendrán que darles solución a los problemas.
Pero, ¿estamos preparados para educar de esa forma? ¿Creéis que una madre es capaz de no ayudar a su hijo? ¿No pensáis que la lástima, al igual que el miedo, pueden frenarnos en esta labor educativa?
Animo a reflexionar y debatir sobre esta cuestión que puede llegar a ser tan relevante en la vida de una persona con deficiencia visual, y no sólo eso, sino para todas las personas que vivimos en este mundo: la educación.
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